El que sube primero por “el tubo” (mira la foto) es Teo, mi hijo. Tras un rato en ese parque sin que a ningún niño se le ocurriese la feliz idea de trepar de abajo a arriba por fuera del tubo, él (pionero) decidió que quería explorar esa posibilidad. No tardando mucho una niña (early adopter) bastante mayor que Teo quiere seguirle y se dispone a trepar por donde Teo había empezado su aventura.
El líder de la empresa de esa niña (su padre) rápidamente levanta una voz de alarma y le advierte a la niña “¡Por ahí no, no subas!”. La niña duda, valora los riesgos, pero al ver y oír a su jefe lo tiene claro: no va a subir. Triste se retira, sin saber si hubiera podido conseguir su hazaña, sin ponerse a prueba, sin disfrutar del riesgo, sin emoción ni aventura.
Dos culturas empresariales bien distintas, la de nuestra “empresa familiar Robles S.A.” y la de esa otra familia.
¿Cómo se crea una cultura como la de Robles S.A.?
Cuando Teo aún no tenía un año y empezaba a jugar en los parques, él quería trepar, descubrir nuevas maneras de jugar, explorar. Yo había observado que era un niño especialmente “físico”, enérgico, hábil para su edad y que había empezado muy pronto a andar, por lo que lo último que quería era “cortarle sus alas y ganas de descubrir”. Quería que desarrollase, a su ritmo, su inteligencia corporal.
Para garantizar el bien de la “empresa” le puse dos normas claras (límites):
Norma nº1 – Si quiere bajar debe primero subir por su propio pie, y viceversa.
Nada de subirle arriba para que baje. Nada de ayudarle a bajar porque ha subido muy alto. Por supuesto al principio yo siempre estaba a un metro de él pendiente de lo que ocurriera. Así Teo fue aprendiendo a medir sus riesgos, valorando su fuerza, su habilidad, sus posibilidades. Y creciendo.
Además, como mantra le di el siguiente: cada vez que veía que no podía subir a algún juego, pero le faltaba poco, en lugar de ayudarle que es lo que él me pedía, yo le pedía que dijera “sí puedo” y lo volviera a intentar, en lugar del “no puedo papi, ayúdame” que me repetía constantemente.
Pura magia, oye. No sé si es científico o no, pero no veas lo bien que funciona. Hoy mismo no podía yo abrir la puerta del jardín y dije: “no puedo” y ¿qué me dijo Teo? “Papá tienes que decir sí puedo, si no no vas a poder abrirla”. Teo lleva 4 años con ese mantra, y se nota.
Norma nº2 – Prohibido hacer daño a los demás niños del parque.
Al principio pegaba con frecuencia, no por maldad (es un niño) si no principalmente porque no medía su fuerza y sus reacciones. Sin embargo su madre y yo fuimos muy claros con el mensaje, pero no con palabras (que tienen poco efecto) si no con hechos. A veces tuvimos que tomar medidas drásticas (castigado sin parque, que es lo que más le gusta en el mundo, aparte de viajar) lo cual fue muy doloroso para Teo (llorera de las gordas). Así fuimos forjando una empresa Robles S.A. con una cultura ética y responsable con los demás.
Ahora disfrutamos de la comodidad de poder ir al parque y estar sentados leyendo sin necesidad de vigilar lo que Teo hace, sabiendo que va a cuidar de sí mismo y de los demás niños. Confiamos en él.
Y es así como vamos cuidando la rentabilidad, sostenibilidad y felicidad de esta empresa.
Seguro que como hábil lector ya habrás observado que la cultura de una empresa va de creencias, valores, comportamientos, hábitos, mantras, liderazgo del de hacer y no decir, límites, procesos y estrategias, entre otras cosas.
¿A qué ya adivinas entonces qué hay que tocar para realizar la transformación cultural de tu empresa? Resulta divertido observar como las consultoras de transformación digital aun dándose cuenta de que la transformación que necesitan es la de la cultura de su cliente, no tocan más que (en el mejor de los casos) liderazgo, procesos y tecnología. Olvidando los puntos fuertes de una transformación real.
Hoy Teo, al conseguir por primera vez subir arriba del tubo me vino corriendo al banco donde yo estaba y me dijo emocionado con una sonrisa: “¡Papi, lo he conseguido! ¡He subido por encima del tubo hasta arriba!”
¿Cuántos niños pueden decir esto a sus padres sin miedo a una reprimenda? ¿Cuántas empresas tienen esta cultura de la experimentación, del riesgo controlado, del aprendizaje, del empoderamiento y de la confianza?
¿Cómo es la cultura de tu empresa? ¿Cómo es el estilo de liderazgo de la misma?
PD: Estando en el parque Teo me dijo “Papi, hay una señal de prohibido subirse, nos van a multar”. Yo no sabía de qué me hablaba hasta que observé la foto en casa. Observe pues el lector la señal que hay en la parte baja del “tubo”: señal que gráficamente indica “prohibido subirse por encima del tubo”.
Reflexión 1: los diseñadores de este juego no tienen ni puta idea de niños, o sea, de sus usuarios. Y ahora hablo como diseñador de un parque infantil en un proyecto de DOMO en 2009. Te recomiendo esta #PIR que habla de la importancia de conocer a tus usuarios.
Reflexión 2: Teo se desarrolla feliz, aprende y asume sus propios riesgos controlados, gracias en parte a saltarse “leyes”. Te recomiendo este post que habla sobre innovación y saltarse la ley.