Intuición para los entornos VUCA

Intuición para los entornos VUCA

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Vivimos en un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo, vamos, lo que se dice un entorno VUCA de toda la vida (Volatility, Uncertainty, Complexity and Ambiguity).

Que si las torres gemelas, que si la crisis económica, que si dos chavales en vaqueros y camiseta hacen mucha pupa a imperios económicos, que si Trump por aquí cuando pocos se lo esperaban, que si el Brexit por allá…
Espera, espera, que aún hay más: que si cómo narices se gestiona esto del talento, que qué hay que hacer para que mi empresa tenga éxito cuando lo de antes ya no me vale, qué cómo se maneja esto de las redes sociales que no me da tiempo a leer todo, que que que…. Uf, voy a parar, que si no nos entrará un ataque de ansiedad.

De todo lo anterior a mí me dio un ataque de ansiedad (literal) cuando hace unos cuantos años, tras realizar mi transformación personal-profesional donde di una vuelta de 180º a mi empresa, estaba en un curso de redes sociales y me di cuenta de mi incompetencia y del cambio tan brutal que significa esto de las redes sociales. Especialmente el mostrarte ante desconocidos y el manejar tal cantidad de información, para lo cual debía cambiar la manera en que mi cerebro estaba acostumbrado a hacerlo. Bueno, y al darme cuenta que estar y manejar esto de las redes sociales era vital para mi negocio y que yo no tenía ni idea de manejarme en este entorno.

Pero hoy no te hablaré de redes sociales si no que voy a compartir contigo una clave, quizás la que más valor doy, para manejarte en el entorno VUCA en el que vivimos: tu intuición.

Pero antes conviene ser conscientes de que

en este entorno, el VUCA, y en cualquier entorno, nos movemos por decisiones, somos lo que decidimos.

Bueno pues resulta que nuestras neuronas deciden 10 segundos antes de que nosotros tomemos una decisión que nos parece nueva y consciente. Y como dice Eduard Punset “Es muy probable que las mejores decisiones no sean fruto de una reflexión del cerebro sino del resultado de una emoción“. Vamos, que parece ser que para desenvolvernos en este mundo que vivimos, son claves las emociones y el subconsciente.
Pero qué casualidad que a lo único que nos dirige nuestro sistema educativo y productivo-empresarial es a trabajar nuestro cerebro consciente. Y concretamente el lado izquierdo de este órgano, el lado racional.

Desde que llevo puestas unas gafas especiales, me hace gracia ver cómo la mayoría de la gente está justificando constantemente sus decisiones, poniendo en escena el lado racional de su cerebro.

Y es que estamos tan bien entrenados que somos capaces de encontrar una justificación a todo, si nos lo proponemos. Haz la prueba.

Te imaginas decir a tu jefe (o que te diga alguien de tu equipo) ante su petición de justificación de una decisión tuya, “el Big Data no da buenas perspectivas pero yo creo que hay que hacerlo” o “¿Que por qué debemos hacerlo? Porque me apetece” o “Porque creo que es lo que toca, me lo pide el cuerpo“.  Suena raro, e incluso entra miedo solo visualizarlo, ¿verdad? Es lo que hay, sobre todo cuando en tu “razonamiento” usas la palabra “creer” (“yo creo”) tan poco querida por el pensamiento científico dominante. En esta sociedad lo que no se justifica racionalmente tiene poco valor, aunque la ciencia haya demostrado que el poco valor lo tienen las decisiones racionales. Paradojas de la ciencia.

Para entender cómo tomamos decisiones, pongámonos en una situación concreta.
Estás en una empresa editorial multinacional, en su unidad en España, 200 personas. Has tenido una idea de una nueva revista de informática (en la era de las revistas en papel) que cubre una necesidad no cubierta hasta ahora en el mercado. Hacéis decenas de focus groups con usuarios y no usuarios de revistas de informática y los resultados no pueden ser más negativos: esa nueva revista será un estrepitoso fracaso. Si hicieras una recogida de miles de datos (Big Data) sobre los usuarios de ese tipo de revistas el resultado sería el mismo. Aparentemente no debería haber dudas: no hay que sacar al mercado esa revista.

Pero la CEO de esta editorial tiene una intuición. Cree firmemente en el valor que aportaría al mercado. Ha empatizado con los usuarios y cree que necesitan resolver unas necesidades que ninguna revista de informática ha resuelto hasta ahora. Va a Alemania a ver al CEO del grupo, le cuenta su intuición y éste le dice “si crees en ello, adelante”. La revista sale al mercado y en el primer año hace que el mercado de estas revistas pase de 3 millones de lectores a 6 millones de lectores al mes en España. Un éxito sin precedentes.

Esto que te acabo de contar es un caso real. La revista se llamaba (y se llama) Computer Hoy, la editorial AXEL SPRINGER ESPAÑA y su CEO Mamen Perera, cliente en su día, ahora consultora y que ha colaborado con el equipo de DOMO.

Por cierto, una mujer. ¿Sabías que el lado derecho del cerebro algunos lo asocian con el lado “femenino” del cerebro (emociones, creatividad, visión global, intuición…). Por eso se habla tanto del poder de la mujer en este nuevo entorno.
Yo hablaría mejor del poder de nuestro lado femenino, el de todas las personas.

Quizás de esta historia hayas podido extraer otro aprendizaje.
¿Te das cuenta que en este ejemplo no se hizo caso a que los usuarios decían?

Confundir el tener al usuario en el centro con hacer lo que el usuario nos dice es el gran error, otra gran falacia, de los tiempos que corren. Pero este es otro tema para dar de comer a parte.

En fin, que hoy hemos llegado a la intuición, esa gran desconocida. Quizás la clave más importante para desenvolverse no solo en el entorno VUCA si no también en la innovación, o mejor dicho, para liderar la innovación.

Hector Robles intuicion innovacion Einstein

 

¿Que no te mola descubrir esto? ¿Que no sabes cómo se trabaja esto de la intuición? ¿Que te preocupa gestionar un equipo o una empresa basándote en su intuición? ¿Que tienes miedo a que tu intuición no esté a la altura?
Tranquilo, te entiendo. Estás muy fuera de tu zona de confort, la zona que ha creado el sistema actual, el paradigma empresarial del presente.
Sé inteligente y aprovecha este post para trabajar primero el Qué y el Para qué de la intuición y sólo después el Cómo.
Investiga, lee, habla y ve vídeos sobre la intuición, contrasta criterios y crea el tuyo propio. Y sólo cuando estés convencido que la intuición debe ser tu próximo aprendizaje entra a descubrir cómo trabajarla para que sea tu mejor consejera a la hora de tomar decisiones.

La intuición es el Big Data del futuro.

 

PD: Este post es una revisión del que publiqué hace tiempo en el blog de DOMO.
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