La Cultura se come con patatas la Estrategia y… la Innovación

La Cultura se come con patatas la Estrategia y… la Innovación

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Parafraseando a Peter Drucker quien dijo “Culture eats Strategy for breakfast”, he construido una evolución de su frase y dice así:

“La Cultura se come con patatas la Estrategia y… la Innovación”.

Aunque llevo en esto de la estrategia y la innovación más de 20 años (17 con la empresa que fundé, DOMO) todo cambió entre finales de 2007 y 2008.

Las cosas no nos iban mal, al menos visto desde fuera: clientes de reconocido prestigio, proyectos que se podían ver en los 5 continentes, premios internacionales de innovación, cobrando lo que queríamos…

Sin embargo mi cara y las que veía en mi equipo no eran de felicidad.

Pero ¿Por qué? ¿Qué nos estaba pasando? ¿Qué nos faltaba?

Como consumidor compulsivo de consultorías, había contratado todo lo habido y por haber: mejora de procesos, clima laboral, consultoría tecnológica (en 2004 ya teníamos intranet, VPN, servidores propios independientes, Microsoft Dynamics CRM v1.2, movilidad, etc…), etc.  ¡¡Hasta hicimos una contabilidad analítica basada en los 7 chakras!! (Que aún hoy mantenemos).

Nada de eso había funcionado.

A finales de 2007 contrato a un coach con el que estoy un año, y descubro (entre otras cosas) que lo que hace que no sonriamos es un choque cultural, entre nuestra cultura y la de nuestros clientes. Y que soy una persona provocadora de cambios, disruptiva y que nuestras innovaciones van en esa línea, que para nada coincidía con la de nuestros clientes.

La Cultura se come la Innovación

He visto clientes que no innovan. Pongamos un… ¿90% del mercado? Ni un solo proyecto suyo es innovador.

He visto clientes que hacen proyectos de innovación. Pongamos un… ¿9% del mercado? Pero que siguen en la guerra de los que no innovan (compiten por precio, con marketing tradicional, etc.) Porque en realidad no se creen o no saben de qué va esto de la innovación. De esta forma he visto cerrar empresas con un producto-servicio patente mundial, premiado internacionalmente y con pedidos en medio mundo. Porque no eran innovadores. Solo hacían algún proyecto de innovación, que no se terminaban de creer. Y si no te lo crees, cierras. Y es que la Cultura va de eso, de creencias.

También he visto clientes que se creían innovadores pero que estaban en pérdidas anuales. Habían hecho una trasformación digital, según ellos tenían al cliente en el centro, buscaban su feedback, su producto (revistas) estaba en versión digital para Ipad, etc. Pero estaban en pérdidas.

Entonces su CEO toma conciencia de que debe hacer una trasformación de verdad, de la Cultura de su empresa. Tras este proceso, en solo 12 meses pasan de perder dinero a tener 400.000 € de beneficio. Estas empresas pongamos que son un… ¿1% del mercado? (Sinceramente creo que no llega a esa cifra).

La Cultura se come la Estrategia

Hace un tiempo, comiendo en Barcelona con un amigo empresario, éste me decía que había terminado hacía unos meses un proyecto con un consultor para definir la estrategia de la compañía para los próximos años. Y un poco frustrado me comentaba que llevaba todo este tiempo intentando implantar esa estrategia pero que no había conseguido alinear a su gente. Y lo había intentado de todas las maneras: talleres con y sin el consultor, mensajes y mantras por las paredes de toda la organización, formación, emails de adoctrinamiento, sesiones de team building,…

¿Te suena, verdad?

Lo que no había intentado aún era el diagnosticar la cultura y los valores de toda la compañía para conocer el grado de alineamiento de su equipo con esa estrategia, ver puntos en común que pueda utilizar como palanca, y saber qué valores están frenando la puesta en marcha de esa estrategia, para poder trabajar sobre eso en concreto.

Casualidades de la vida

Yo ese año 2008 volví a descubrir algo que había estudiado en la universidad, y que por algún motivo que desconozco había olvidado: La importancia de la cultura para el éxito, la felicidad y la sostenibilidad de las organizaciones.

En 2010 al cambiar de oficina decidí eliminar todo el papel, incluidos los apuntes de la carrera. ¿Todos? No. Decidí dejar, sin saber por qué, un archivador AZ sin tirar. En 2014, al verlo lo abrí por una página, con el fin de ver si merecía la pena conservarlo o podía tirarlo.

En la página que abrí me encontré con esto:

Hector Robles Cultura y valores

Desde 2008 decidí por un lado dejar de tener los clientes (y algún colaborador) que tenía y por otro ayudar a las empresas a transformar sus culturas para que obtengan resultados, sean felices y sostenibles en el tiempo.

Con el tiempo el paradigma al que “llevo” a mis clientes le llamé “Honest Strategy” y hoy se ha convertido en todo un movimiento. Parece ser que mucha gente cree en la importancia de la cultura y los valores, de la autenticidad, del liderazgo innovador, de los usuarios finales de sus negocios… Y yo sin saberlo 😉

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